No es una foto de archivo, no es una foto de principios de siglo pasado. Es el Amazonas hoy, en la actualidad. Uno de los parajes con más biodiversidad del planeta. Un lugar de inmensas proporciones donde se gesta el pulso del planeta, palpitando con cada nube que asciende en una atmósfera cargada de humedad y vida.
Esta foto fue realizada desde el avión que nos trasladó sobrevolando el mar verde de la Amazonía, y la imagen intenta transmitir uno de los dos sentimientos encontrados: uno es la fascinación y magia que desprende toda la vida que vibra bajo las nubes que observo; el otro, el que trato de mostrar, es la agresión que esta y otras selvas están sufriendo. Sinceramente, creo que nos estamos dando puñetazos en nuestras propias bocas...
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